Sean dos o doscientos, ninguna boda está completa sin testigos que celebren junto a los novios su día más feliz, ¿verdad? Por eso todas las parejas que organizan su boda se encuentran, más temprano que tarde, con la tarea de invitar a sus amigos y familiares a compartir con ellos la fecha de su enlace. Es el momento de pensar en las invitaciones. ¿Cómo elegir?

Exiten infinitas opciones, pero sólo un formato 100% recomendable: la invitación clásica en papel.

La función principal de una invitacion de boda, además de la obvia, es incluir una serie de datos relevantes que el invitado necesita conocer: fecha del enlace, tipo de ceremonia, hora y lugar de la celebración, contacto de los novios y, en algunos casos, dress code o vestimenta requerida.

Pero una invitación es más que un conjunto de informaciones prácticas...

La invitación de boda será la primera imagen que los invitados reciban de vuestro evento. Si os hacéis conscientes de esto y reconocéis su importancia, estaréis dando un buen paso, un paso necesario. Además de contener una serie de datos importantes para el invitado, la invitación supone para los novios la oportunidad de transmitir una pequeña pista sobre cómo será su boda y lo que significa para ellos.

Como Wedding planner, siempre recomiendo que todos los detalles de la boda vayan coordinados y envíen un mismo mensaje, por eso hay que tener en cuenta el estilo general que estáis planeando para vuestra celebración cuando llegue el momento de escoger o diseñar las invitaciones. La variedad disponible hoy en día os permitirá encontrar la apropiada, así que tanto si estáis planeando una boda al mas puro estilo vintage como si lo vuestro gira en torno a un baile de vampiros, habrá opciones que puedan reflejar vuestro estilo. La clave es es la coherencia y la coordinación.

Decidirse por una invitación en papel implica otros matices muy positivos. Se espera que los novios realicen una visita de cortesía a los invitados para dar la noticia y entregarlas en mano. ¡No lo veáis como un momento tedioso! Reunid a vuestros amigos o familiares, quedad para cenar, tomaos unas cañas. La entrega de invitaciones puede ser la excusa ideal para veros y hacer algo juntos. Y, si no has tenido la ocasión de presentar a tu pareja a todos tus familiares, es el momento perfecto para que se conozcan antes de la boda. En cualquier caso, esta visita "protocolaria" transmite una cercanía y contacto que todos agradeceréis después.

Algunas parejas prefieren evitar esos momentos porque creen que les quitará mucho tiempo, consideran las invitaciones en papel un gasto innecesario o algo anticuado, y deciden contemplar las nuevas tecnologías para sustituirlas. ¡Error!

No me malinterpretéis, me encantan las webs que te permiten crear la página de tu boda, y creo que enviar un Save The Date original via mail para dar la noticia a los amigos que están lejos es la mejor de las opciones. Me posiciono en contra de las invitaciones de boda virtuales como única opción. Nunca recomiendo a las parejas prescindir de la invitación en papel, ni aún en el caso de que también se haga una versión web.

Si estáis pensando en sustituir la invitacion clásica por una foto o video para el whatsapp, debéis tener en cuenta dos cosas:

1. Asumid que la información se perderá. ¿cuántos archivos de imagen, audio o video recibís en vuestro móvil diariamente? y siendo sinceros, ¿cuánta atención le dedicáis a cada uno de ellos? ¿siempre abrís los videos que os envían? Ese video-mensaje o imágen que habéis preparado con tanta ilusión puede quedar facilmente relegado a un segundo plano en el teléfono entre las bromas, memes y chistes recibidos cada día. Muchos no lo verán de primeras y tendréis que insistir o quedaros dudando por qué no responden. Otros acabarán borrándolo sin querer y se habrá perdido toda la información. Dejarlo todo en manos de una web de boda tampoco es la solución. Sin contar con el supuesto de los familiares "dinosaurio" que no usen internet, siempre habrá quien tenga problemas para visionar la página en el momento necesario, algunos olvidarán la dirección, y otros serán los clásicos comodones que prefieren preguntar a navegar (todos conocemos a alguien así). En cualquier caso, terminaréis repitiendo la hora del enlace y la dirección del restaurante hasta el día de la boda.

2. Puede ser discriminatorio. Oímos de continuo que vivimos en la era digital donde todo el mundo tiene acceso a internet y usa la tecnología regularmente, pero algunos debemos vivir en otro planeta porque me consta que ni mis abuelas ni muchos otros familiares tienen cuenta de correo o perfil en redes sociales. Tampoco usan móviles de última generación ni tienen wifi en casa. Antes de lanzarte a crear la web de tu boda o el video para móvil, pregúntate a quien dejarás fuera eligiendo esa opción. ¿Cómo lo solucionaréis?

Si lo vuestro es la tecnología no renunciéis a ella. Siempre podréis elegir invitaciones sencillas que cumplan la función más práctica y completarlas con la versión para móvil o web que más os guste.

Al final, la invitación en papel terminará teniendo un valor sentimental, tanto para vosotros como para vuestros invitados, y con el tiempo no os arrepentiréis de conservarla.

Hay clásicos que nunca pasan de moda. Será por algo, ¿no?

Invitaciones de boda en papel: un clásico indispensable.