1. No te disfraces.
Ni es un buen día para experimentos de última hora ni para empezar a marcar un nuevo estilo que te vuelva irreconocible a ojos de tus invitados.
2. No elijas un peinado que necesite retoques puntuales.
Si la única forma de que ese peinado se vea bien es prestándole atención y cuidando tus movimientos, o te llevas contigo a tu peluquer@... o mejor para otra ocasión.
3. Pruébalo durante un tiempo.
Un recogido apretado, al cabo de unas horas, molesta. Comprueba si serás capaz de soportar el peinado que has elegido durante todo un día antes de decidirte.
4. Sé consecuente.
Con el tipo de vestido que lucirás, con el estilo de tu boda y por supuesto con tu personalidad. Aunque parezca complicado, encontrar el equilibro entre las tres cosas es más que posible.
Ilustraciónes de Adrián Valencia
5. Sé fiel a ti misma.
Tú, mejor que nadie, sabes lo que te favorece y te permite sentirte a gusto y confiada. Tu boda es un día para acaparar miradas, pero sobre todo es un día para estar cómoda y poder disfrutar. ¡Olvídate de las modas y haz caso a tu instinto!
